domingo, 28 de agosto de 2016

La filosofía es un derecho de todos

La filosofía es un derecho de todos
Guillermo Hurtado
Disponible en: http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=319580
 
Con tantas noticias deprimentes, ¡qué respiro poder hablar bien de una acción de gobierno! La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México ha puesto en marcha un encomiable programa llamado “La filosofía es un derecho de todos” que lleva esta disciplina a las plazas, los museos y los auditorios de nuestra ciudad.
Los organizadores de este proyecto consideran que la reflexión filosófica no debe estar encerrada en los salones de clase y que puede ocupar otros espacios para que sea aprovechada por niños, jóvenes, adultos y ancianos de todas las clases sociales. Entre las actividades hay funciones de cine, obras de teatro, conferencias, mesas redondas, debates públicos y cafés filosóficos. Colaboran con este programa profesores y estudiantes pertenecientes al Observatorio Filosófico de México, la Asociación Filosófica de México, el grupo estudiantil Zozobra Colectiva, el Colegio de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana y el Centro de Documentación en Filosofía Latinoamericana e Ibérica de la UAM-Iztapalapa.
En medio de esta fiesta popular de la filosofía no puedo dejar de lamentar que algunos de mis colegas desprecien este tipo de proyectos. Para ellos, la filosofía debería ser un conocimiento elitista, hermético, escrito en idioma extranjero. No les importaría, incluso, que dejara de enseñarse en la educación media. Mi opinión es que resulta inadmisible que a la filosofía se la quiera secuestrar en una torre de marfil. Así como el deporte no es propiedad de los atletas olímpicos o la música no es propiedad de los concertistas clásicos, la filosofía no es propiedad de los llamados “filósofos profesionales”. La filosofía se debe cultivar al más alto nivel, sí, pero también tenemos que garantizar que todas las personas puedan encontrar en ella una reflexión que las acompañe a lo largo de sus vidas. Es por ello que los integrantes del Observatorio Filosófico de México sostenemos que ese derecho debería llevarse a la nueva Constitución de la CDMX.
La propuesta consiste en que la educación ofrecida en la CDMX incluya un contenido filosófico. Esta moción tiene antecedentes muy sólidos. Recordemos que en 2008 el gobierno federal realizó una reforma integral de la educación media superior en la que eliminaba de un plumazo las asignaturas de filosofía e incluso el área entera de humanidades. Para responder a este atropello, el Observatorio Filosófico de México emprendió una campaña para que la filosofía y el área de humanidades volvieran al currículum. Después de meses de negociaciones, el gobierno decidió dar marcha atrás. El 22 de mayo de 2009 el Consejo Nacional de Autoridades Educativas en pleno determinó por unanimidad reintegrar a la filosofía y al área de humanidades al currículum de la educación media superior.
La enseñanza de la filosofía en la escuela es fundamental. Como lo expuse en mi libro México sin sentido (México, Editorial Siglo XXI, 2011), ella provee los conocimientos y las habilidades que permiten a los alumnos desarrollar tres dimensiones de la vida humana: las razones, los valores y los fines. La nueva Constitución de la CDMX tiene que ser explícita acerca de la educación que se merecen todos y cada uno de los niños y jóvenes de nuestra ciudad. No basta con decir de manera escueta que la educación es un derecho. Hay que especificar cuál es el tipo de educación al que alude ese derecho fundamental.
Una formación básica y media que incluya la enseñanza de la filosofía tiene mayor impacto y calidad que una que no la incorpore. El aprendizaje de la filosofía no es sólo una actividad que enriquece y ennoblece a las personas, sino que también eleva los rendimientos escolares de los alumnos en otras asignaturas, como lenguaje o matemáticas. Hay numerosos estudios internacionales que demuestran lo anterior. Por eso defendemos que la educación filosófica sea contemplada como un derecho. De otra manera sólo los niños privilegiados, los que van a escuelas en las que se aprende inglés, música, yoga, etcétera, tendrán la oportunidad de tenerla en su formación. El reto que ahora enfrentamos los profesores de filosofía es modificar los planes y las prácticas docentes para que nuestras clases sean más atractivas y eficientes. De no lograrlo, los beneficios de la filosofía no se alcanzarán a plenitud.
guillermo.hurtado@razon.com.mx
Twitter:
 @Hurtado2710

No hay comentarios: